La espuma del café y su gran secreto

Un café espumoso nos transporta a un momento único en el que poder disfrutar del sabor, la textura y la suavidad del café, difíciles de encontrar en otras bebidas. Sin embargo, es muy común confundir la espuma de la leche con la crema del café, pero ¿por qué?

Solemos confundir la espuma de leche con la crema de café porque en las variedades de cafés cremosos, tipo latte, las capas creadas por la leche y el café son difíciles de distinguir. Lo que muchas veces consideramos “espuma de café” es en realidad espuma de leche.

La clave para entenderlas mejor es conocer dos de sus principales diferencias:

- Provienen de ingredientes diferentes: una de la leche y otra del café.
- Dependen de diferentes factores (temperatura, materias primas, etc.) para adquirir el cuerpo y la vistosidad que las caracterizan. 

¡Veámoslas más a fondo!

Empecemos por la espuma de leche, también conocida como crema de leche para café. La encontraremos siempre en la parte superior de la taza, cubriendo de blanco puro el café. Su textura es muy ligera, ya que se crea aireando la leche a alta temperatura hasta crear diminutas burbujas. En cuanto a su sabor, es prácticamente imperceptible.

Un café con crema de leche no solo tiene un aspecto más vistoso y apetecible, sino que además combina la acidez del café con el toque suave de la leche, lo que contribuye al equilibro de sabores. Su utilización, incluso, ha impulsado el arte latte, que consiste en decorar las bebidas dibujando o coloreando la espuma de leche, dando como resultado una verdadera pieza artística.

Pero, ¿cómo hacer un café espumoso que, además de la ligereza de la leche, tenga todo el cuerpo y la crema del café? ¡Sigue leyendo!

A diferencia de la producida por la leche, la crema del café forma una capa superior densa y dorada, con mucho sabor, ya que concentra toda la esencia del grano de café.

Es importante no confundir la crema del café con la crema de café, un postre similar a las natillas. Tampoco se debe confundir con la crema para café, que es un preparado lácteo que en ocasiones está saborizado. Ambos están relacionados con el café, pero con significativas diferencias. Quizás pensemos que un café con crema solo se puede apreciar si se consume solo, sin embargo, un café cortado con crema es otra de las opciones estrella, ya que añadiendo leche líquida (sin espumar) no le restamos protagonismo a su textura. Así que, si te apetece saber cómo hacer el café espumoso de una forma deliciosa y llena de sabor ¡sigue leyendo!

Aunque ya conocemos la teoría, puede que nos queden dudas por resolver como, por ejemplo: ¿cómo hacer un café con espuma de leche? o ¿cómo conseguir un café con crema? Para empezar, veamos cuáles son los factores que permiten crear ambas opciones.

Para crear la espuma de leche tenemos que tener en cuenta tres cualidades esenciales de la leche:

- La cantidad de grasa que contiene.
- La temperatura que alcanza.
- La presión del vapor con el que se espuma. 

Para conseguirlo de manera sencilla y en la comodidad de tu casa, utiliza tu cafetera Dolce Gusto® y prepara una de nuestras especialidades con leche, como nuestros Cappuccinos y Lattes Macchiatos, en muy pocos pasos: introduce la cápsula de leche, después la de café y obtén una taza llena de espuma y sabor.

Con respecto a la crema del café, hay varios elementos importantes que harán que se forme:

- La calidad y frescura del grano.
- Un tostado y una molienda correctos.
- Una elaboración y emulsión adecuadas. 

Controlar el proceso puede ser complicado, pero, gracias a la tecnología de nuestras cápsulas monodosis inteligentes, es posible obtener un café espumoso de calidad con el mínimo esfuerzo y asegurando resultados óptimos en cada taza.

Para comprobarlo, prueba alguna de nuestras variedades de café Espresso o Ristretto. Su intensidad y la crema en su superficie ¡te conquistarán!