Los orígenes del café arábica y del café robusta
Para conocer un poco mejor el café arábica y el robusta es necesario remontarnos a la procedencia y el cultivo de sus granos, pues las características de las semillas, el entorno y los cuidados específicos de cada plantación son los que determinan el sabor de estas dos grandes variedades de café.
Empecemos por el más cultivado del mundo, el café arábica. Aunque es originario de Etiopía, a día de hoy su cultivo se extiende a casi todos los países productores de café ofreciendo resultados muy diferentes en base al clima, a la geografía y a la variedad cultivada.
El café arábica crece entre los 500 y 2.400 metros de altitud, de hecho la altura a la que se cultiva influye en la calidad del café. El café 100% arábica cultivado a más de 1.000 metros de altitud es considerado el de mayor calidad.
Para su cultivo se necesita un clima subtropical, es decir, un ambiente templado, pero no en exceso, ya que es muy sensible a temperaturas extremas. Entre los tipos de café arábica más populares, encontramos el Moka, el Java o el Geisha, entre otros.
Las peculiaridades de su cultivo, sin duda nos dan una pista del mimo con el que es tratado el café arábica hasta llegar a tu taza. Disfrútalo en variedades de café largo como el Grande Intenso una selección de café arábica premium de Etiopia, Kenia y Colombia; o el Lungo, un café arábica de gran calidad procedente de Etiopía, Brasil y Colombia.
Por su parte, el café robusta, como su nombre indica, es mucho más resistente a diferentes factores externos como el clima, el terreno o las plagas de insectos.
Esta variedad es originaria de África Occidental, donde crece su planta, la caffea canephora, a pocos metros de altitud. Sin embargo, en la actualidad también se cultiva en América del Sur y en el sureste asiático donde nacen algunos de los tipos de café robusta más valorados del mundo.
Aroma y sabor, los básicos de los dos grandes del café
El café arábica tiene el punto justo de acidez, por lo que es el más equilibrado. Además, cuenta con una gran riqueza de aromas y sabores que lo hacen un café muy completo y rico en matices. Su combinación de notas frescas, frutales y florales hacen que sea un café sutil, suave y muy agradable al gusto.
El café robusta, por su parte, tiene mucho más cuerpo, lo que, a su vez, lo convierte en un café mucho más amargo, y por tanto, con un sabor más intenso. Aunque es menos aromático que el café arábica, entre sus notas podemos notar matices de frutos secos y madera, y en su textura, más cremosidad. Sin duda, el café robusta es ideal para aportar intensidad y crear esa exquisita capa de crema de café característica variedades como nuestro Espresso Intenso, una mezcla de café arábica premium de Colombia y de café robusta de Vietnam. ¡Ahora con nueva receta mejorada: extra de crema!
Hay que tener en cuenta que en el sabor final del café que llega a nuestra taza, además de la variedad del grano, también influyen los factores de su preparación, como el tipo de molido o la proporción de café y agua que se utiliza.
Como habrás notado, todos los tipos de café arábica y robusta tienen sus puntos fuertes y sus puntos débiles, por eso en Dolce Gusto® tenemos tanto variedades de café 100% arábica, como variedades en las que hemos seleccionado lo mejor de cada tipo de grano: la sutileza del café arábica y la cremosidad del robusta. ¡Y es que la unión hace la fuerza! ¿Quieres comprobarlo? Prueba algunas de nuestras mejores mezclas como el Ristretto, una selección premium de café arábica de Brasil y robusta de Vietnam, o el Café con Leche Intenso una mezcla de café robusta con un punto exacto de leche. ¡Una delicia para los sentidos!
¿Cuál es el mejor café: arábica o robusta? ¡Descubre sus diferencias!
Aunque se han catalogado más de 100 especies de café en todo el mundo, el café arábica y el café robusta concentran el 98% de la producción mundial. Por eso, vamos a centrarnos en las diferencias de los dos grandes reyes indiscutibles del café:
Cafeína y azúcares
El café robusta tiene casi el doble de cafeína, sin embargo, el café arábica contiene más aceites y azúcares naturales aportándole un sabor más afrutado y menos amargo.
Aromas
El café arábica, por su parte, es mucho más aromático lo que lo convierte en un café de más fácil digestión.
Resistencia
Como ya hemos comentado, el café robusta es mucho más resistente y requiere de menos cuidados que el café arábica. Esto se debe, en parte, a su alta concentración de cafeína que funciona como un repelente natural para los insectos y sus plagas, ya que, para muchos de ellos, es una substancia tóxica.
Rentabilidad
El cultivo del café robusta, gracias a su resistencia y adaptabilidad al terreno, resulta mucho más rentable y económico. Por su parte, el café arábica, debido a sus especiales cuidados y a la altitud de su cultivo, tiene una recolección más difícil y, por tanto, más costosa.
Origen de la producción
Mientras que Brasil es el mayor productor de café arábica, Vietnam es el país que más cantidad de robusta produce.
Forma del grano
Estas dos variedades pueden distinguirse a simple vista. Mientras que el grano de café arábica tiene una forma más aplanada y alargada, con una línea en forma de S que atraviesa su superficie, el grano de robusta es más redondeado y grueso.